Los valores forman parte de la coherencia y son principios por los que se rige nuestro comportamiento y nuestra vida. Determinan nuestra forma de vivir y son tan fuertes que cualquier situación o persona que atente contra ellos va a generarnos rechazo.

Sin embargo, ten en cuenta que existen dos tipos de valores: los que decimos tener y con los que vivimos.

Puedes decir que tienes unos valores y sin embargo vivir con otros o no ser fiel a ellos, esto es lo que yo llamo Incoherencia.

En una relación de dependencia emocional, dónde eres incapaz de cortar pese a estar viviendo en contra de lo que tu crees.

Yo te recomiendo que dejes de escuchar a la otra parte y observes sus actos: si lo que dice y lo que hace es coincidente, perfecto, si no, estás detectando una incoherencia y lo mejor que puedes hacer es quedarte con los actos.

 Por ello, la coherencia te permite cumplir de manera eficaz tus propósitos.

La coherencia corazón-razón


Personalmente me gusta  analizar cada concepto del que hablo, para generar un marco teórico más amplio y contextualizar el artículo. El concepto de coherencia definido desde diversos puntos de vista, voy a partir de tres definiciones:

Según la RAE: Coherencia

  • Conexión, relación o unión de unas cosas con otras.
  • Actitud lógica y consecuente con los principios que se profesan.

Según la Neurociencia:

Ante un estímulo  visual y uno auditivo no coincidentes, predomina el visual, si todos los canales por los que recibimos o emitimos un mensaje no están en consonancia, el cerebro siempre dará prioridad al visual.

De aquí, la importancia que tiene para la neurociencia la coherencia: trata de ser coherente con lo que transmites, congruencia entre lo que dices y lo que demuestras o haces, no solo con tu rostro y palabras, sino con tu actitud, tu conducta y en definitiva con todas tus acciones.

Coherencia o congruencia según mi opinión:

Coherencia es la clave de un funcionamiento equilibrado entre lo que piensas, sientes, dices y haces. Cuando tu mensaje no lleva a equívocos y genera confianza y credibilidad, porque todos los canales están alineados y en congruencia, sin lugar a dudas la coherencia ayuda a  “Ser convincentes y creíbles ”.

Ahora una vez definido el concepto, te expongo por qué es un valor fundamental para mi:

A lo largo de la vida, mucho antes de estar inmersa en el mundo del coaching y la psicología, y cuando todavía no era ni consciente de lo que significaba, observaba que ciertas situaciones o mensajes en determinadas personas me producían una sensación extraña internamente, en realidad me generaban desconfianza y rechazo.

En aquellos momentos sólo podía decir: que algo no me cuadraba, que no lo veía claro, que me faltaba una pieza del puzzle…, en fin toda una retahíla de justificaciones, que no me servían para entender el por qué pensaba o sentía eso.

Ha sido mucho más tarde cuando he empezado a ponerle nombre: COHERENTE, COHERENCIA…, da igual si es una persona incoherente o su mensaje carece de coherencia, al final lo que me genera es desconfianza, recuerda que el cerebro tiende a simplificar quedándose con la información más visual.

La coherencia

¿A qué conduce esto?  Muy sencillo, si tu mensaje, entendiendo por ello, tu forma de pensar y de manifestarte al mundo, no está en consonancia con tus actos, tu forma de comportarte, tu expresión no verbal, ya sean gestos, tono de voz, postura, etc….va a ser complicado que generes en los demás, sentimientos de confianza y respeto hacia ti.

Pero existe otra situación mucho peor…, cuando la falta de coherencia es contigo mismo y además no eres consciente de ello.

¿Te suena haberte sorprendido en algún momento pidiéndole a otra persona que haga o diga algo, que tu no eres capaz de hacer o decir?

¿Sueles pedir a los demás que actúen como tu dices pero no como tu haces?

Hay numerosos ejemplos de ello, que tan sólo requieren prestarles un poco de atención.

A partir de ahora…

¿Crees que vas a ser más consciente de lo que dices, y cómo lo dices?

Pongamos un ejemplo: le dices algo a tu pareja y aparentemente se lo dices bien, (refiriéndome al tono, al volumen incluso diría a la postura corporal), pero…

Te has preguntado: ¿desde dónde se lo dices?

¿Lo dices desde el amor o desde el rencor, o el enfado, la ira…?

Piensa en ello, si no lo recibe correctamente, no le culpes pues te está haciendo de “Espejo”, te devuelve tu propio reflejo y aunque hayas puesto empeño en parecer amable y afable, si no lo sientes, si estas enfadado/a, si hablas con segundas intenciones…, ten por seguro que lo va a percibir y por tanto su respuesta va a reflejar la incoherencia de tu mensaje.

Trabaja por buscar la coherencia en tu vida, es un valor que nadie te podrá quitar y te aportará muchos beneficios en tus relaciones y bienestar personal.

En realidad es la conducta correcta que debes mantener, y está basada en tus principios en todas las áreas de tu vida: familiar, social, religiosa, que has ido aprendiendo a lo largo de toda tu vida.

Este valor te permite cumplir con eficiencia tus obligaciones, te hace ser honesta/o contigo mismo y ser responsable de tus palabras y actos.

Te ayuda a fortalecer tu carácter y ser lo que se llama una persona “auténtica”.  Si lo piensas… en tus relaciones personales es fundamental ser coherente, porque te permitirá desarrollar la sinceridad, confianza y el liderazgo positivo.

Miedo al Rechazo Social

En ocasiones, puedes dejar de ser coherente por adaptarte al entorno, por influencia de personas cercanas, callas para evitar contradecir al otro, o equivocarte, o por temor a ser rechazada/o, por decir lo que piensas realmente.

Pero es imposible ser coherente si no te atreves a defender tus principios y valores, es preferible perder a alguien porque no comparta, no le guste o no esté de acuerdo con lo que tu piensas, dices o haces, que ser deshonesta/o contigo misma/o.

A veces, este comportamiento no es más que una huida de nuestro propio sufrimiento, tratar de evitar aquellas situaciones que te colocan en una situación incómoda.

Matthieu Ricard, científico y mano derecha del Dalai Lama y catalogado el hombre más feliz del mundo, dijo:

“Lo que provoca el sufrimiento son los juicios”.

Matthieu Ricard

Por tanto si evitas poner juicio en toda experiencia que vivas, dejarás de generar sufrimiento.

Ser auténtico, genuino, real, tiene mucho que ver con no resistirte a vivir cada experiencia que la vida te ofrece como una oportunidad.

Te invito a una reflexión:

¿Qué pasaría si tuvieras que vivir una experiencia para darte cuenta de que hay una incoherencia en ti y tu te resistes?

Pues claramente te estarías perdiendo este aprendizaje. Tu verdadero poder es sobre  ti mismo.

Disciplinar tu mente te ayudará a vivir la vida con coherencia, sin máscaras. Como te he comentado anteriormente, disfruta cada experiencia como una oportunidad para aprender y seguir evolucionando.

Se que esto no es fácil, pues la mente está preparada, condicionada por el entorno y las experiencias pasadas, por ello lo único que podemos hacer es tomar el mando y dejar de funcionar en piloto automático, tomando conciencia y dejando fluir.

Aparta los juicios y muestra tu verdad, sin máscaras, pide lo que tu das, habla como tu piensas y sientes: la coherencia de tu lenguaje verbal y tu lenguaje corporal serán tu garantía de confiabilidad.

Muéstrate al mundo siendo coherente, y si no lo puedes ser, quizás necesitas mirar en tu interior y encontrar que es lo que realmente está generando el conflicto.

Bucea en tu interior, aprende a revisar tus creencias, lo que realmente piensas, actualizarlas y aprende a identificar los estados emocionales por los que pasas a lo largo del día y en cada situación. Se trata de ser conciente de lo que piensas, sientes y haces.  

Por qué y para qué nos sirve la Coherencia.

Para abrir la cremallera de tu inconsciente y traerlo al primer plano para como decía anteriormente, dejar de funcionar en piloto automático y ser responsable de ti mismo.

La coherencia

Muéstrate al mundo tal y como eres, no te limites en el qué dirán, no asfixies tu esencia para regalarla a quien no sabe apreciarla.

Para terminar me gustaría contarte una pequeña historia que escuché una vez, sobre la coherencia para que te sirva de reflexión y broche final.

“En cierta ocasión una mujer llevó a su hija a ver a Mahatma Gandhi, porque estaba realmente preocupada por la adicción de ésta a los dulces, pues las amonestaciones de los padres y profesores no funcionaban, pensó que: como la niña admiraba mucho a Gandhi, haría caso a “Bapu” (como se le llamaba cariñosamente al padre de la India) .

Gandhi le dijo a la mujer que volviera dentro de 3 meses. La mujer sin entender la causa cumplió y volvió a pedir audiencia con él a los 3 meses.

Este, habló con la niña y la convenció para que moderase su vicio.

Entonces la madre, no pudiendo contener su curiosidad le preguntó:

- Gandhi, ¿Por qué no le dijiste eso hace 3 meses?

A lo que Gandhi le respondió:

-Porque hace 3 meses yo también era muy goloso, y me gustaban los dulces.
Ghandi

Gandhi le mostró a esta mujer lo que era la coherencia, siendo él mismo coherente. Es la mejor manera de transmitir algo, empezando por uno mismo, proyectándolo hacia los demás.

Por ello, es fundamental si eres padre o madre, tus hijos aprenden por modelaje, reproducirán lo que tu hagas porque aprendemos por imitación, y si coincide con lo que piensas y le dices, entonces pondrás un gran broche de oro en tu labor educativa y le prepararás para ser una persona íntegra y veraz, que se ganará la confianza y respeto de los demás.

Ahora después de haber leído esta historia, quiero proponerte algo:

Haz de cada día “El día de la Coherencia”, como máximo principio para tu vida y así poder contribuir a crear una sociedad equilibrada, confiable y congruente. Revisa tu día a día y toma consciencia de en qué momentos has sido o no coherente y porqué, eso te dará una información muy valiosa sobre ti.

Espero te haya sido de utilidad, te agradecería que me dejaras un comentario para poder ir ofreciendo contenidos de tu interés. Gracias por tu tiempo y te espero en el siguiente artículo.

Si quieres contactar conmigo, haz clic aquí, y te atenderé encantada.